16 Mar 2012 | SINC
Un equipo internacional de investigadores ha analizado los huesos
de unos extraños ejemplares del género Homo encontrados en China.
Por sus rasgos híbridos, entre arcaicos y modernos, los descubridores sugieren que los huesos podrían haber pertenecido a un nuevo linaje o haber pertenecido a primates homínidos llegados a China desde África.
Los restos fósiles, que se correspondían, concretamente, con cinco humanos diferentes y fueron recogidos en el suroeste de China, constituyen un nuevo misterio para los paleoantropólogos.
Según una datación sobre los huesos publicada en la revista PLoS One, éstos tienen entre 14.500 y 11.500 años, por lo que coincidieron con el Homo sapiens. Sin embargo, algunos de sus rasgos son muy primitivos, parecidos a los de humanos mucho más antiguos.
Especie desconocida
Los autores del hallazgo, un equipo de científicos liderado por Darren Curnoe, de la Universidad de Nueva Gales del Sur, lo han bautizado "hombre del Ciervo Rojo", recordando el nombre de una de las cuevas donde encontraron los restos y porque, probablemente, los primates homínidos descubiertos se alimentaban de estos animales.
Los investigadores se han aventurado a sugerir que podría tratarse de una especie hasta ahora desconocida que sobrevivió hasta el final de la Edad de Hielo, hace unos 11.000 años. La segunda hipótesis que plantean, menos arriesgada, es que estos humanos procedían de África, pero no interaccionaron genéticamente con el hombre moderno porque emigraron antes que el resto.
En el este asiático, los restos fósiles son escasos, lo que dificulta el trazo de la evolución humana durante la parte final del Pleistoceno en esa región.
Para el presente estudio, se compararon esqueletos parciales de dos yacimientos cercanos. Por un lado, se estudió el esqueleto parcial de una cueva cercana al pueblo de Longlin, en la región de Guangxi, que se recuperó en el 1979 y se empezó a investigar en 2009. Por otro, se utilizó material de la excavación realizada en el año 1989 en la cueva relativamente vecina de Maludong (Cueva del Ciervo Rojo en chino), cerca de Mengzi, en la provincia de Yunnan, que ya se habían analizado un año antes.
Información en los huesos
La comparación entre los cráneos y los dientes de los restos fósiles recogidos en Longlin y Maludong muestran similitud entre ellos, por lo que los científicos deducen que son de la misma especie. Lo sorprendente es que tienen a la vez rasgos de hombre arcaico y moderno.
Los escáneres muestran como los lóbulos parietales tienen características arcaicas, en comparación con sus cavidades cerebrales, que muestran que tenían lóbulos frontales parecidos al de los humanos actuales.
Otras de sus características son cavidades cerebrales redondeadas con prominentes arcos de las cejas. Los huesos de sus cráneos eran gruesos, con unos rasgos faciales cortos y planos, aunque de nariz amplia. Las mandíbulas salían hacia fuera, pero no tenían la barbilla de los seres humanos actuales.
Por sus rasgos híbridos, entre arcaicos y modernos, los descubridores sugieren que los huesos podrían haber pertenecido a un nuevo linaje o haber pertenecido a primates homínidos llegados a China desde África.
Los restos fósiles, que se correspondían, concretamente, con cinco humanos diferentes y fueron recogidos en el suroeste de China, constituyen un nuevo misterio para los paleoantropólogos.
Según una datación sobre los huesos publicada en la revista PLoS One, éstos tienen entre 14.500 y 11.500 años, por lo que coincidieron con el Homo sapiens. Sin embargo, algunos de sus rasgos son muy primitivos, parecidos a los de humanos mucho más antiguos.
Especie desconocida
Los autores del hallazgo, un equipo de científicos liderado por Darren Curnoe, de la Universidad de Nueva Gales del Sur, lo han bautizado "hombre del Ciervo Rojo", recordando el nombre de una de las cuevas donde encontraron los restos y porque, probablemente, los primates homínidos descubiertos se alimentaban de estos animales.
Los investigadores se han aventurado a sugerir que podría tratarse de una especie hasta ahora desconocida que sobrevivió hasta el final de la Edad de Hielo, hace unos 11.000 años. La segunda hipótesis que plantean, menos arriesgada, es que estos humanos procedían de África, pero no interaccionaron genéticamente con el hombre moderno porque emigraron antes que el resto.
En el este asiático, los restos fósiles son escasos, lo que dificulta el trazo de la evolución humana durante la parte final del Pleistoceno en esa región.
Para el presente estudio, se compararon esqueletos parciales de dos yacimientos cercanos. Por un lado, se estudió el esqueleto parcial de una cueva cercana al pueblo de Longlin, en la región de Guangxi, que se recuperó en el 1979 y se empezó a investigar en 2009. Por otro, se utilizó material de la excavación realizada en el año 1989 en la cueva relativamente vecina de Maludong (Cueva del Ciervo Rojo en chino), cerca de Mengzi, en la provincia de Yunnan, que ya se habían analizado un año antes.
Información en los huesos
La comparación entre los cráneos y los dientes de los restos fósiles recogidos en Longlin y Maludong muestran similitud entre ellos, por lo que los científicos deducen que son de la misma especie. Lo sorprendente es que tienen a la vez rasgos de hombre arcaico y moderno.
Los escáneres muestran como los lóbulos parietales tienen características arcaicas, en comparación con sus cavidades cerebrales, que muestran que tenían lóbulos frontales parecidos al de los humanos actuales.
Otras de sus características son cavidades cerebrales redondeadas con prominentes arcos de las cejas. Los huesos de sus cráneos eran gruesos, con unos rasgos faciales cortos y planos, aunque de nariz amplia. Las mandíbulas salían hacia fuera, pero no tenían la barbilla de los seres humanos actuales.
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